El municipio Venezuela alcanza tal categoría en el año 1963, ubicado al sur de la provincia Ciego de Ávila. Limita al este con el municipio Baraguá, al oeste con los términos del municipio Majagua Sancti Spíritus, al norte con la cabecera del municipio Ciego de Ávila y al sur con el Golfo de Ana María, dentro del cual se encuentra parte del archipiélago Jardines de la Reyna, teniendo como extensión territorial 821.02 kilómetros cuadrados incluidos los 6,5 de cayos adyacentes que representan el 10,30 % del área provincial. Cuenta con una población de 26386 habitantes, de ellos varones 13705 y hembras 12651.
Antes de 1959 se encontraba dividido en barrios, llamados José Miguel Gómez, Jagüeyal, Júcaro y la Ceiba, subordinados al término Municipal de Ciego de Ávila, que a su vez lo era de la Provincia de Camagüey.
Su relieve es llano, predominando la sabana, y suelos dentro de los grupos ferralíticos e hidromórficos, aunque existen pequeñas partes que corresponden a las características de los farsálicos y vertisuelos. Los ferralíticos son del tipo rojo típico y rojo concrecionario; los ferralíticos se ubican en el norte, oeste y sur, así como en el este de los primeros, compuestos por la unión del tipo gley ferralítica, ferralítica y roja típico.
La actividad laboral predominante está basada en la agricultura y la pesca, siendo los principales renglones de la economía en el territorio, la empresa de comercio, la Empresa “Cuba Soy” y la UEB de pesca de Júcaro.
De la historia
La trocha militar de Júcaro a Morón (hoy Monumento Nacional) fue construida por los colonialistas españoles para impedir el avance de las fuerzas insurrectas hacia el occidente; combates y acciones de guerra en las campañas libertarias; reconcentración de campesinos y la presencia de figuras relevantes de ambos bandos contendientes, entre los españoles baste figurar a Blas Villate de la Hera, Conde de Balmaseda y también el sanguinario general Valeriano Weyler y Nicolau, Marques de Tenerife, quien en más de una oportunidad desembarcaron por Júcaro y recorrieron el territorio donde estaba enclavada la trocha militar. El conde de Balmaceda ordenó el 26 de julio de 1871 el fusilamiento en Júcaro del General mambí Eduardo Mármol y Weyler dispuso la reconcentración para Júcaro, Ciego de Ávila y Morón en 1897.
Una de las acciones combativas más significativas acaecidas en Ciego de Ávila durante la guerra grande o de los Diez años, aconteció en este territorio el 9 agosto de 1869, en el lugar llamado pitajones o jucarito, al norte del puerto de Júcaro, donde el General Mambí Ángel del Castillo obtiene una resonante victoria al emboscar a una columna española compuesta por alrededor de 500 hombres de caballería, infantería y artillería de montaña, comandados por el teniente coronel Ramón Portal. Los españoles fueron arrasados y su jefe fue hecho prisionero y luego fusilado por los desmanes cometidos. El convoy se dirigía desde Júcaro al poblado de Ciego de Ávila.
Como orgullo de devoción local, dentro de las figuras mambisas cubanas presentes en las contiendas emancipadoras, sobresale la de Máximo Gómez Báez, quien burló la trocha por primera vez en enero de 1875 a los acordes de la marcha de la bandera -por cierto aquí fue herido levemente, única vez que le sucedió en la guerra-; combatió, estableció campamento y fomentó un hospital de sangre en el territorio, exactamente en las cuevas de hoyo de la palma, donde se restablecieron numerosos oficiales y soldados, entre ellos el mayor General Julio Sanguily, curándose por la escases de medicamentos, sólo con miel de abeja y agua hervida. El Generalísimo sentía predilección por este lugar dada la abundancia de pastos para los caballos, agua potable y posición estratégica.
Al descorrer sus cortinas el siglo XX fueron modificados dos modernos centrales azucareros, Stewart y Jagüeyal, primeros en fundarse en Ciego de Ávila como resultado de la gran penetración económica del imperialismo norteamericano, empresa en la que estuvieron involucrados nefastos personajes de la historia de Cuba, entre ellos José Miguel Gómez, primer administrador del Stewart, José Manuel Ceballos, Orestes Ferrara, Cosme de la Torriente, Manuel Silveira y el coronel Enrique Pina Jiménez, estos dos últimos señalados negativamente por sus actos criminales en el asesinato del General Quintín Bandera y la matanza de los isleños respectivamente. El central Jagüeyal fue paralizado y demolido en 1930 como consecuencia de la crisis económica que afectó al mundo capitalista a partir 1929.
Después del golpe de estado del 10 de marzo de 1952 se intensificó la lucha proletaria y popular contra el régimen que desgobernó al país; fueron fundadas células del movimiento 26 de Julio y del directorio revolucionario 13 de marzo, en los cuatros barrios existentes, las que unidas al partido socialista popular y el ortodoxo integraron la oposición a la tiranía de Fulgencio Batista.
La participación de los trabajadores de la localidad durante la huelga azucarera de diciembre de 1955 por el pago del diferencial fue muy trascendental, incluso se llegó a tomar la iglesia Católica por decenas de obreros en señal de protesta, los que fueron desalojados a la fuerza por la guardia rural; otros marcharon a pie hasta la ciudad de Ciego de Ávila participando en las acciones que allí tuvieron lugar.
Con la llegada de 1958 la lucha política y revolucionaria contra el régimen se incrementó. En este año los trabajadores participaron en la histórica huelga del 9 de abril, desarrollándose en el territorio múltiple acciones, paralizándose parcialmente la zafra, el incendio de cañaverales, el izar la banderas del movimiento 26 de julio, corte de líneas eléctricas y telefónicas, descarrilamientos de trenes de caña, paralización de diferentes labores, destacándose la zona de Jagüeyal desde donde partió parte del comando que atacaría y neutralizaría la planta eléctrica ubicado en el poblado de Vicente.
Durante el convulso año cayeron varios hijos de la localidad y otros que, aunque no nacieron en el territorio, también perdieron la vida en aras de los ideales que defendían. Ellos fueron: Ramón Domínguez de la Peña (Patriota insigne del municipio); Alfredo Ibarra Suárez, Jorge Eloy Aguirre Fernández; Pedro Antonio Maceda Sánchez y Senén Mariño Vargas.
El 5 de octubre 1958 arribó la columna invasora número 8 ¨Ciro Redondo¨ al mando del comandante Ernesto Che Guevara al territorio, estableciendo su primer campamento en la finca la “Rosa Liberal”, recibiendo ayuda solidaria de los campesinos de la zona, destacándose sobremanera la actuación del niño paralitico Juan Olimpio Valcárcel, de apena 13 años de edad que sirvió a la columna y cumpliendo importantes misiones, quien lamentablemente falleciera junto a su madre en trágico accidente en marzo de 1959, cuando el Che lo manda a buscar para cumplir lo que le había prometido durante los difíciles días de la invasión: educación y salud.
Al enterarse de su muerte, el guerrillero Heroico ordenó su ascenso póstumo a primer teniente muerto en campaña y que se le rindieran todos los honores correspondientes a su jerarquía militar, Fue el primer hijo de esta tierra ascendido por el Che y a quien puede considerársele también el primer pionero.
La tropa de la che tuvo otros dos campamentos en el territorio denominados Monte Hilario y Gato prieto. A su paso por el sur del actual municipio de Venezuela las huestes invasoras fueron bombardeadas y ametralladas insistentemente por el ejército batistiano, pero en todo momento recibieron la ayuda de la gente humilde, campesinos y obreros agrícolas.
El cambio de nombre de Stewart a Venezuela
Como respuesta a las constantes agresiones del gobierno de estados unidos de américa, entre ellos las suspensiones de la tradicional cuota azucarera que tenía Cuba en el mercado de ese país, la revolución anunció la nacionalización de 36 grandes centrales azucareros de propiedades norteamericanas, noticia formulada por Fidel durante el discurso de clausura en el estadio del Cerro, La Habana, en el congreso Latinoamericano de estudiantes en la noche del 6 de agosto de 1960. Dentro de los ingenios que pasarían a manos del pueblo se encontraba el central Stewart, haciéndose realidad la trascendental medida al siguiente día.
La dirección nacional del instituto cubano de la reforma Agraria (INRA) decide entonces cambiar los nombre de los mismos y envía una comunicación a los centrales para que en asamblea general con todos los trabajadores se realice la proposición del nuevo calificativo mediante telegrama con tres propuestas. En aquellos momentos existía en Cuba una verdadera muestra de simpatía por Venezuela, cuyo pueblo había aprobado la lucha insurreccional en la Sierra Maestra; a través de las emisoras de aquel país se formó la gran cadena de la libertad de radio rebelde, donde la libertad del ejército rebelde se abrió paso por todo el continente, además fue el primer país latinoamericano que visitó Fidel tras el triunfo de Enero de 1959.
Fue así que Felicito González Torres, secretario organizador del sindicato de Trabajadores del central azucarero Stewart y sus colonias, propuso a sus compañeros Venezuela y al plasmar la terna en el telegrama solicitado escribieron Venezuela, Venezuela, Venezuela, hecho que llamó poderosamente la atención por lo relativo y única opción de propuesta, y efectivamente en el mes de Noviembre del referido 1960en magna asamblea presidida por Jorge Enrique Mendoza, entonces delegado del INRA en la provincia de Camagüey, quien había sido locutor de radio rebelde en la Sierra Maestra, se produjo el cambio aprobado por unanimidad y con gritos de alegría por los presentes con los brazos en alto. Era el agradecimiento a la solidaridad del pueblo hermano sudamericano, patria chica del libertador de américa.
Quedaba atrás más de medio siglo de explotación e ignorancia y en el olvido el extranjerizante nombre de Stewart, símbolo de un pasado sin regreso, Al constituirse el municipio en 1953, este adoptó igual nombre.
Presencia en el territorio de Fidel y el Che
El 11 de septiembre de 1960 en el otrora latifundio como la Ignacia, propiedad de Evangelina de las Lleras, ministra sin cartera y censura de la prensa del régimen de batista, conocida como “la doña bárbara de los campos”, Fidel Castro inauguró la primera comunidad campesina construida por la revolución en la provincia de Camagüey, la cooperativa cañera “Manuel Sanguily” suceso sin precedente donde comenzó a hacerse realidad el programa del Moncada en la campiña avileña, acción dirigida a la transformación económica y social en aras de borrar siglos de ignorancia.
El comandante en jefe estuvo en el lugar en tres oportunidades (1959, 1960,1965) y en 1966 estuvo en la zona de Jagüeyal, donde fundaba el primer centro de acopio de caña de la provincia Camagüey. Así como el batallón de macheteros voluntarios del sindicato nacional de trabajadores azucareros, dirigido por Conrado Bécquer, donde intercambió ampliamente con el pueblo.
A partir de esta experiencia de cosecha, fue garantizada en todo el país la instalación de estos centros de recepción de la gramínea, más tarde el centro de acopio llamado Imias fue declarado patrimonio de la Ciencia y la técnica en Cuba por el entonces ministro del azúcar.
Por honra y orgullo del pueblo de esta demarcación el 17 de febrero de 1963, el Che concluía en los cañaverales del central Venezuela la jornada del Trabajo voluntario más extensa que de forma permanente desarrollo en Cuba, iniciada en la Norma, municipio Ciro Redondo el día 4 del propio mes y año. Cortó en esa jornada más de 137 000 arrobas de caña, convirtiéndose en el primer operador decimillonario del país.
Durante los más de 60 años de revolución numerosas personalidades han visitado al municipio, destacándose la presencia de Fidel Castro Ruz, Ernesto Che Guevara, Juan Almeida Bosque (quien fue trabajador agrícola del central Stewart en la década del 40 del pasado siglo), Jesús Suarez Gayol, Raúl Castro Ruz, Vilma Espín, Ramiro Valdés Menéndez, Lázaro Peña, José Ramón Machado Ventura, Sixto Batista Santana, así como numerosos combatientes del Moncada, expedicionarios del Granma e integrantes del grupo diplomático acreditado en Cuba, incluido representantes de la República Bolivariana, entre otras figuras.
Las fiestas tradicionales del municipio se efectúan el 10 de octubre, fecha de hondo simbolismo patrio que desde antiguo se realizaba teniendo como sede al poblado del quince y medio con múltiples actividades, comenzando la misma desde las 6:00 Am con el izar de la bandera nacional, desfile de una caballería que recuerda a las tropas mambisas, juegos tradicionales y la mayor atracción de la jornada tiene lugar en el lugar de la Julia, con la muestras de bailes y ritos religiosos de la cultura haitiana por parte del grupo folklórico okay, integrados por descendientes portadores, culminando la fiesta con una verbena popular. Otros eventos que constituyen tradiciones en el municipio los constituyen el festival del creador musical “Daniel Cruz Cosa, la fiesta del Conde de Villamar, Ana María del Mar, el Verano de San Juan, las fiestas del libro y la literatura, la de arte Popular y de la Cultura y Desarrollo.
En octubre del 2011 fue aprobado en asamblea solemne del Poder Popular Municipal, el fortín de la trocha de Júcaro a Morón, como símbolo del Municipio.
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